lunes, 01 de julio de 2024 04:32h.

La investigación científica no es magia

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De acuerdo a estimaciones del Banco Mundial, Corea, Israel, Japón y Dinamarca están entre los países que más invierten en I+D (más de 4 puntos del PBI), Finlandia, Dinamarca y Japón están muy cerca del grupo de elite (con porcentajes superiores a los 3 puntos) y luego (en el Club del upper 2) se alistan Alemania, Austria, los Estados Unidos, Bélgica, Eslovenia y, entre otros, Singapur. En todos estos países las inversiones se mantienen o, incluso, se acrecientan, pero en otros como en España, en Brasil o en Argentina, los reclamos por las políticas de ajuste erizan la piel de la comunidad científica y golpea a sociedades que sufren desindustrialización y desempleo.

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Cada uno de los tres países señalados como en declive tiene su particular problemática, pero todos ellos ven cómo se desarman líneas de investigación, se pierden posiciones en la carrera mundial por el conocimiento y se fugan cerebros hacia aquellas naciones que eligieron de qué lado estar en un mundo crecientemente liderado por los que apuestan a I+D.

La desfinanciación del complejo científico tecnológico en España la aleja cada vez más de la media europea, cuando en los primeros años del siglo XXI empresas y gobierno habían logrado acortar la histórica distancia en unos 20 puntos porcentuales. Mientras en Europa el gasto en I+D aumentó un promedio del 25% desde 2008, desde ese mismo año España contrajo sus inversiones en un 10%. Aunque los números más recientes parecen mostrar una reversión de ese proceso, los científicos alzan su voz para señalar que la inversión no crece de 5.793 a 6.029 millones de euros como señala el presupuesto, sino que el aumento se concentra en las partidas destinadas a créditos (que no se ejecutan porque los centros no tienen capacidad de endeudamiento) mientras baja un 2,6% en las subvenciones directas. Corolario: la brecha se mantiene.

En Brasil los recortes en el Ministerio de Ciencia, Tecnología, Innovación y Comunicaciones retrotraen el presupuesto actual (3.275 mil millones de reales) al ejecutado en 2005 (3.249 mil millones de igual moneda). Hasta 2016 las erogaciones anuales sumaron 6.467 mil millones de reales, pero hoy se blanden tijeras y se produce un brutal recorte, de casi el 50%, que jaquea toda la actividad del sistema y lima la posición de Brasil( el número 13)en el ranking mundial de producción científica.

En Argentina y muy lejos del ajuste fiscal que el gobierno tratará de implementar después de las elecciones de octubre, los recortes a lo largo de todo el sistema educativo pero en especial en el sector de CyT, puede ejemplificarse en la fuerte baja en la cantidad de nuevos investigadores que ingresan al Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas -CONICET-.